Yo quisiera ante ti deshojar mil rosas,
Y quemar el incienso en mil pebeteros de oro,
Acostarme a tus pies y, olvidando las cosas,
Contemplar tu semblante mientras llega la muerte.
Y cuando Ella llegue, inclínate sobre mi lecho,
Para que en el día del Gran Despertar tenga yo la felicidad
De sentir en mi boca tu beso vivo,
Y conservar tu dulzura toda la eternidad.
En ¿Qué? La eternidad.
Michel de Crayencour
Y quemar el incienso en mil pebeteros de oro,
Acostarme a tus pies y, olvidando las cosas,
Contemplar tu semblante mientras llega la muerte.
Y cuando Ella llegue, inclínate sobre mi lecho,
Para que en el día del Gran Despertar tenga yo la felicidad
De sentir en mi boca tu beso vivo,
Y conservar tu dulzura toda la eternidad.
En ¿Qué? La eternidad.
Michel de Crayencour
1 comentarios:
Michel de Crayencour, padre de Marguerite Yourcenar (Los apellidos contienen las mismas letras), escribió este poema en 1904 a Jeanne de Viertinghoff
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