Hace un año ya

lunes, 20 de octubre de 2008



  Porque soy animal de la noche, insomne lechuza de tertulias, que hace de la sombra una larga puntada entre dos luces.
   
   Porque la nana para vivir despierto, que no para no dormir, siempre fue una radio que me hablaba desde la terraza de la mesilla. 
   
   Porque he hallado amigos y maestros en esa pajarera ciega de la radio.
   
   Cuando su voz templada, sabia palabra de la noche, ocupaba los 32 rumbos de la noche brillando en la Rosa de los Vientos, me hice de los suyos, y lamentaba tenerme que bajar, disciplina del madrugón, de su vagón de aventura, de su globo de misterio, de la nada que pilotaba su talento.
   
   Todo en Él era noche. Cantaba la negra sosa que cuando muere el cantor, muere la vida. Cuando muere alguien que hace andar y hablar la noche, muere la noche.
   
   Resucitará en otras voces, sí. Pero en el infinito, ya para siempre, veremos una negra y ciega Rosa de los Vientos en el ojal de la madrugada. 
   
   Descansa en paz Juan Antonio Cebrián, Hermano de la noche.

                                                                        Antonio García Barbeito 

Gobiernos que no gobiernan

sábado, 11 de octubre de 2008

Alguien ha dicho que España es una nación muerta, que este pueblo es ingobernable y un hervidero de pasiones, entre las cuales no brilla la esperanza. Patente es la contradicción. Donde hierven las pasiones hay vida, y donde hay vida hay esperanzas. De que un pueblo no se deje gobernar por un régimen determinado, no se deduce que sea en absoluto ingobernable.

El alma española considera como transitorio el estado de cosas actual, y quiere una revolución que ponga fin a la interinidad en que el país se encuentra, que es una serie inacabable de perturbaciones, tiranías y represalias, porque las tiranías traen necesariamente la revolución.

No haya tiranía, y el alma española se dejará gobernar.

* * *

Hoy son permitidas las huelgas. Entre los recuerdos vagos y nebulosos de mi primera infancia se destaca, vigorosamente y con terrible claridad, un cuadro de horror. Cuatro soldados, provistos de sendas varas, impelían a varazos, y casi a la carrera, hacia la tahona donde se amasaba el pan de munición que se daba a la tropa de Cádiz, a unos cuantos panaderos que habían dejado el trabajo porque el asentista les había rebajado el jornal.

Todavía resuena en mi oído el varazo que en la casi desnuda espalda recibió, al pasar rozando conmigo, uno de los que hoy llamaríamos huelguistas.

Naturalmente, sólo vive en mi recuerdo la imagen de aquel tropel. La explicación apenas fue comprendida entonces por mí.

El alma española es ingobernable a varazos.

Hoy las huelgas suelen resolverse a tiros, pero el obrero no trabaja a golpes, como en los últimos días de Fernando VII. Si no muere, queda a salvo su dignidad de hombre.

* * *

Hubo un tiempo en que no era inviolable el domicilio; en que no era permitido aspirar a los puestos oficiales por los merecimientos propios, sino por la virtud de rancios pergaminos que testificasen la limpieza de la sangre o la antigüedad de la sangre azul; en que era punible la vitanda manía de pensar; en que la horca se imponía al pensamiento, y en que los hombres más distinguidos del país tenían que comer el pan de la emigración. ¿Podía ser gobernable con la horca y la emigración el alma del país?

* * *

Para asegurar los derechos de la personalidad humana, derramó España la sangre de sus hijos durante una asoladora guerra civil de siete años. La reacción carlista quedó vencida. Pero otra reacción se levantó formidable en medio de los vencedores para privarlos de los derechos conquistados. Gravó la Prensa con el depósito previo y el editor responsable; la esclavizó después con el lápiz rojo de los arbitrarios fiscales de imprenta; hizo enmudecer a la tribuna y a la joven democracia; holló los fueros y la majestad del Parlamento, y al fin, por una insensatez inconcebible, erigió en sistema de gobierno las llagas de Sor Patrocinio y el Patrocinio de las llagas.

¿Podía dejarse gobernar el alma española por las llagas de Sor Patrocinio?

¿Cómo no había de estallar la revolución iniciada en la bahía de Cádiz? ¿Por qué acusar de ingobernable al pueblo que no quiso sufrir el yugo de la monja milagrera?

* * *

El alma española no concibe hoy la existencia sin el desenvolvimiento íntegro de sus facultades físicas, intelectuales y morales, y no quiere la vida sin la inviolabilidad del hogar; sin la libertad de la palabra; la libertad de la Prensa; la libertad del trabajo; la conciencia libre, nunca molestada en la santidad de las creencias; sin la facultad de reunión; sin influencia en las decisiones de la justicia humana por medio del Jurado, y sin intervención en el gobierno de la sociedad por la soberanía del sufragio.

Si se ataca a esta soberanía, el alma española será tan ingobernable como siempre que se ha hecho pesar sobre ella la intolerancia de la arbitrariedad y de la tiranía.

* * *

El alma, española se siente con los bríos de la invención y del progreso. España que enseñó a Europa el arte de la navegación y de la minería, que levantó Catedrales como las de Burgos y Sevilla, León y Toledo; que en las artes del pincel y de la palabra no reconoce rival, se siente avergonzada de que no exista ni un solo apellido de Castilla en la gloriosa falange de los grandes genios cuyas creaciones conducen hacia el progreso a los pueblos civilizados.

La máquina de vapor se denomina de Watt; la caldera tubular lleva el nombre de Seguín; la locomotora el de Stephenson; el telar mecánico fue invención de Arkwright; la pila se debe a Volta; a Davy la luz eléctrica, las aplicaciones de la electricidad han inmortalizado los nombres de Faraday y de Ampère; Niepce y Daguerre hallaron la fotografía; Bunsen y Kirchhoff el análisis espectral; el fonógrafo pertenece a Edisson; el teléfono a Grahan Bell; los rayos X a Roentgen, y a Marconi el telégrafo sin hilos.

España quiere respirar la atmósfera de la invención, para que allí se formen los hombres que han de seguir a Echegaray, Cajal y Torres Quevedo. Quiere un sistema de enseñanza que nutra los entendimientos con la savia del porvenir. Quiere un gobierno que no ponga grillos a la enseñanza, y será ingobernable hasta que tal consiga.

* * *

En España nunca imperaron los horrores del feudalismo en la Edad Media; aquí jamás hubo siervos del terruño, y hoy un generoso espíritu altruista hace mirar con lástima en el corazón al bracero del campo, al obrero del taller y de la fábrica, al marinero que afronta la tempestad y a los que contratan el suicidio para trabajar en las minas de Almadén o de Bilbao.

A todos hay que dar alimento, vestido e instrucción, y hacer que para ellos sean realidades todos los derechos que permiten al hombre moderno el íntegro desenvolvimiento de sus energías físicas, intelectuales y morales, elevándolo a la dignidad de ciudadano desde la de casi esclavo que es ahora.

Mientras que haya latifundios sin cultivo y explotaciones que se alimentan de la salud humana, el país será ingobernable y estará siempre conturbado por las desperaciones de los oprimidos.

El hambre no se deja gobernar por la explotación.

* * *

No hay nada que tenga más fuerzas que las rutinas y las tradiciones, que viven de los privilegios. Pero al correr de los años, el espíritu de lo nuevo penetra en las conciencias, se apodera de la opinión, rechaza las rutinas y se rebela contra las tiranías de lo antiguo. Y ese espíritu nuevo no se deja gobernar por un régimen caduco, y, de no satisfacerse sus exigencias, demanda la satisfacción de sus aspiraciones, si no por medios evolutivos, por el estallido de la revolución.

* * *

No hay país más gobernable que España cuando la nación se siente animada de una idea generosa.

España no quería la guerra contra Cuba, porque España odiaba la esclavitud negrera. Y, sin embargo, dio la flor de su juventud para sostener el prestigio nacional en una guerra provocada por un gobierno incapaz de comprender que era imposible triunfar con nuestros escasos recursos, de una República que, al concluir la guerra de secesión, tenía en el Norte de los Estados Unidos, novecientos mil soldados y en el ya vencido Sur ciento veinte mil, armados y equipados como entonces no los tenía nación ninguna del mundo.

Pretender gobernar con los procedimientos antiguos a los hombres que sienten entusiasmos por los ideales nuevos, es la mayor locura que puede trastornar a los que no tienen fe en lo mismo que defienden. Y el que no tiene fe no puede triunfar de quien la tiene. Sólo acabarán las perturbaciones dejando desarrollar las grandes iniciativas del alma nacional.

España será ingobernable mientras esté mal gobernada.

Gobernar sin fe es desencadenar la revolución.

Eduardo Benot

Aires Zíngaros (Sarasate) por Sarah Chang

sábado, 20 de septiembre de 2008

Planeta azul

viernes, 5 de septiembre de 2008


Hemos de hacer todo cuanto esté en nuestras manos, hemos de luchar (...) para que no muera una roca redonda, inmensa, una roca con corazón de hierro y basalto, una roca con piel de agua y nubes, una roca con voz de trinos de pájaros y rumor de brisa, en la que se está mezclando con demasiada fuerza el estruendo de las máquinas inventadas por los hombres; una roca que viaja por el espacio tripulada por la especie humana y por todos los animales vivientes; una roca que a mi me gusta llamar planeta azul.
Félix Rodríguez de la Fuente

Memoria de Federico

miércoles, 13 de agosto de 2008


I

Que no murió. Le mataron.

Contra la cal de una tapia luminosa

Y lo dejaron clavado.

-¡Por vuestras madres!- decía.

Y los fusiles sonaron.

En el vacío de España

Aún retumban los disparos.

-¡Por vuestras madres!- decía.

Y lo dejaron clavado diez pólvoras 

asombradas./

Y una bruta voz de mando.

 

¡Decidme cómo, decidme,

puede ocurrir tal espanto!

¡Ay, hombres sin nombre y madre!

¡Ay, sal seca y hueso amargo!

Diez bocas estupefactas

Y un hombre que estaba al mando.

Nada más, ni nada menos.

Sólo un vacío sin llanto.

Y esta rabia que me grita

Que no murió

Le mataron.

 

II

¡Ay Federico García,

quién lo podía decir!

¡Ay Federico García,

muera la Guardia Civil!

Lo que en otros no envidiaban

Ya lo envidiaban en ti.

Un sepulcro como tu nombre

Y una ciudad de raíz.

La sangre que se agolpa

Quiere ahora hablar de ti.

Toda la pena de España, 

todo este pus de raíz,

Y más allá de mi mismo,

El pueblo que grita en ti:

¡Ay Fererico García,

muera la Guardia Civil!

 

Gabriel Celaya

(Agosto 1949)

España, aparta de mi este cáliz


Niños del mundo,
si cae España -digo, es un decir-
si cae
del cielo abajo su antebrazo que asen,
en cabestro, dos láminas terrestres;
niños, ¡qué edad la de las sienes cóncavas!
¡qué temprano en el sol lo que os decía!
¡qué pronto en vuestro pecho el ruido anciano!
¡qué viejo vuestro 2 en el cuaderno!

¡Niños del mundo, está
la madre España con su vientre a cuestas;
está nuestra maestra con sus férulas,
está madre y maestra, 
cruz y madera, porque os dio la altura,
vértigo y división y suma, niños;
está con ella, padres procesales!

Si cae -digo, es un decir- si cae
España, de la tierra para abajo, 
niños, ¡cómo vais a cesar de crecer! 
¡cómo va a castigar el año al mes! 
¡cómo van a quedarse en diez los dientes, 
en palote el diptongo, la medalla en llanto! 
¡Cómo va el corderillo a continuar 
atado por la pata al gran tintero! 
¡Cómo vais a bajar las gradas del alfabeto 
hasta la letra en que nació la pena!

Niños, 
hijos de los guerreros, entre tanto, 
bajad la voz, que España está ahora mismo repartiendo 
la energía entre el reino animal, 
las florecillas, los cometas y los hombres. 
¡Bajad la voz, que esta 
con su rigor, que es grande, sin saber 
qué hacer, y está en su mano 
la calavera hablando y habla y habla, 
la calavera, aquélla de la trenza, 
la calavera , aquélla de la vida!

¡Bajad la voz, os digo; 
bajad la voz, el canto de las sílabas, el llanto 
de la materia y el rumor menor de las pirámides, y aún 
el de las sienes que andan con dos piedras! 
¡Bajad el aliento, y si 
el antebrazo baja, 
si las férulas suenan, si es la noche, 
si el cielo cabe en dos limbos terrestres, 
si hay ruido en el sonido de las puertas, 
si tardo, 
si no veis a nadie, si os asustan 
los lápices sin punta, si la madre 
España cae -digo, es un decir- 
salid, niños del mundo; id a buscarla!...

César Vallejo

Control

miércoles, 6 de agosto de 2008


Control es una pelicula biográfica sobre Ian Curtis, el que fuera cantante de la banda inglesa Joy Division. Esta película está basada en el libro Touching From a Distance, escrito por la esposa de Curtis después de que este se suicidara en 1980. Esta película está siendo dirigida por Anton Corbijn, famoso fotógrafo y director holandés. El título del film viene de uno de los temas más famosos de Joy Division, She’s Lost Control, del álbum Unknown Pleasures.

Asociación cultural


Viva la vida, Coldplay

martes, 5 de agosto de 2008

Del miedo

sábado, 2 de agosto de 2008

El miedo es una potencia cómica. 

Me hace temblar en un pasillo 

por el que voy dichosamente a tientas 

para no despertarle, 

con gracioso patetismo, 

abismado en mi cuerpo. 

 

El miedo es el humor de la carne. 

Por dentro es una fiebre 

de pesadillas sin cuento, 

un terror a la vida. 

Por fuera es una broma. 

Y es un prodigio haberlo perdido: 

por la gracia de sentir 

que soy ajeno a mí mismo. 

 

Leopoldo  Alas (1962-2008)

Primer concierto del desorden

The Islander by Nightwish

viernes, 1 de agosto de 2008

Despedida


Así pues, hay que en algún momento cerrar la cuenta,
pedir los abrigos y marcharnos,
aquí se quedarán las cosas que trajimos al siglo
y en las que cada uno pusimos nuestra identidad;
se quedarán los demás, que cada vez son otros
y entre los cuales habrá de construirse lo que sigue,
también el hueco de nuestra imaginación se queda
para que entre todos se encarguen de llenarlo,
y nos vamos a nada limpiamente como las plantas,
como los pájaros, como todo lo que está vivo un tiempo
y luego, sin rencor, deja de estarlo.

¿Se imaginan el esplendor del cielo de los tigres,
allí donde gacelas saltan con las grupas carnosas 
esperando la zarpa que cae una vez y otra y otra, 
eternamente? Así es el cielo al que aspiro. Un cielo
con mis fauces y mis garras. O el cielo de las garzas
en el que el tiempo se mueve tan despacio
que el agua tiene tiempo de bañarse y retozar en el agua.
O el cielo carnal de las begonias en el que nunca se apagan
las luces iridiscentes por secretear con sus mejillas 
de arrebolados maquillajes. El cielo cruel de los pastos,
esperanzador y eterno como la existencia de los dioses.
O el cielo multifacético del vino que está siempre soñando
que gargantas de núbiles doncellas se atragantan y se ríen.

Lo que queda no hubo manera de enmendarlo
por más matemáticas que le fuimos echando sin reposo,
ya estaba medio mal desde el principio de las eras
y nadie ha tenido la holgura necesaria para sentarse 
a deshacer el apasionante intríngulis de la creación,
de modo que se queda como estaba, con sus millones,
billones, trillones de galaxias incomprensibles a la mano,
esperando a que alguien tenga tiempo para ver los planos
y completo el panorama lo descifre y se pueda resolver.
Nos vamos. Hago una caravana a las personas 
que estoy echando ya tanto de menos, y digo adiós. 

La mano

miércoles, 30 de julio de 2008

POEMA: José Hierro. FOTOGRAFÍA: J.J. Gómez Molina

Día y Noche, Antonio López

lunes, 28 de julio de 2008


Pierre Gonnord

jueves, 24 de julio de 2008

BOB DYLAN - A HARD RAIN´S A GONNA FALL

viernes, 18 de julio de 2008

Palabras de Sábato

martes, 15 de julio de 2008

ORFEO (I)

miércoles, 25 de junio de 2008

Orfeo y Eurídice, de Rubens

Caminabas delante de mí,
atrayéndome
hacia la verde luz que alguna vez
me asesinó con sus colmillos.
Insensible te seguí,
como un brazo dormido y obediente
pero no fui yo quien quiso
volver al tiempo
Había llegado a amar el silencio,
pero mi antiguo nombre era una cuerda
o un susurro tendido
entre nosotros.
Y estaba tu amor,
las viejas riendas de tu amor,
tu voz corpórea...
Ante tus ojos mantenías 
la imagen de tu deseo, que era yo,
viva otra vez.
Y por esta esperanza tuya continué,
y así fui
tu alucinación, floral
y oyente
tú me creabas
al cantarme y una piel nueva me crecía
en mi otro cuerpo, envuelto en niebla,
y tenía ya sed, y manos sucias,
y veía ya,
perfilados contra la boca de la gruta,
el perfil de tu cabeza y de tus hombros
cuando te diste vuelta para llamarme
y me perdiste...
Así que no llegué a ver tu rostro,
sólo un ovalo oscuro,
y a pesar de sentir todo el dolor
de tu derrota, debí rendirme,
como se rinden las mariposas de la noche.
Tú creíste
que sólo fui el eco 
de tu canto.

Margaret Atwood
De Interlunar (1984)