… Escribir y leer, al fin, son formas de recordar, de volver a recordar, de seguir recordando, de intentarlo al menos. Escribir es incitar a hacerlo. También es olvidar de nuevo todo lo olvidado, todo lo que sucedió o nunca llegó a suceder, lo que jamás sucederá. Rebuscar en los cajones de la infancia, en las fugaces y turbias sombras de la adolescencia, en la hermética razón o sinrazón de la madurez. Indagar en la perspicaz y excéntrica apatía de la senectud. Intentar adivinar cómo será el vértigo de perder la memoria, el placentero tránsito a la muerte o el dolor de nacer. Dar importancia al pasado a pesar de cuán poco importa. Echar una mirada sobre uno mismo y sobre los que, mucho, poco o nada, conocimos. Querer extraer la esencia de las cosas y los seres. Declamar en silencio mientras se teclea a voz en grito o en susurros, en masculino o en femenino, consciente de que esas voces sólo sonarán en el pensamiento de los que leen.
David Cantero
3 comentarios:
El texto es un párrafo del artículo publicado ayer en la sección La columna de Umbral en el Diario El Mundo.
Al leerlo, ya que estamos con los recuerdos, me vino en seguida a la cabeza el libro de David Cantero que leí hace un tiempo, Amantea, el estilo es inconfundible y me gusta.
En cuanto a la fotografía, que me ha impresionado, es de Paco de Alcaudete, su página es:
http://paco-alcaudete.blogspot.com/
Me alegra que te haya gustado mi foto y que la hayas asociado a un libro tan bello de este de Cantero.
Gracias y un saludo.
Paco.
Gracias a ti Paco.
Publicar un comentario