La zozobra

viernes, 5 de febrero de 2010

El día que vi desde la ventana la zozobra de Giacometti

“En la calle, en el café, las gentes me asombran y me atraen más que cualquier pintura o escultura. Un día huí del Louvre por no poder soportar más, no las obras, sino la verdad de los rostros. En todo momento, los hombres se juntan y se separan, y luego se aproximan para intentar reunirse de nuevo. Así, forman y transforman sin cesar vivas composiciones de increíble complejidad. La totalidad de esta vida es lo que quiero captar”.

Hombres que avanzan, hombres que zozobran. Las plazas llenas de soledad afilada, cada sombra con sus pensamientos. Los alambres de las espaldas y de los torsos, la escueta línea de las piernas sin músculos, los pasos casi aéreos. Y sin embargo caen las preocupaciones sobre el bronce, la carga de la existencia en los hombros.

”Antes creía ver a los personajes de tamaño natural. Cuanto más retrocedía para conservarlos enteros, más disminuían. Sólo desde 1946 comencé a percibir esa distancia que hace a los hombres reales y no el tamaño natural. Mi visión se hizo más amplia”.
Hombre que avanza, hombre que zozobra. Hombre que atraviesa el estudio con otro hombre en brazos. Hombre que cree avanzar y ve que la zozobra le invade. Hombre que se yergue de nuevo ante la zozobra y que sigue avanzando.
En el fondo, siempre cinco o seis temas.

A. Giacometti

1 comentarios:

PCR dijo...

Gracias por elegir uno de mis cuadros para ilustrar este hermoso texto. Pio Cesar Robla