La tierra se estrecha para nosotros.
Nos hacina en el último pasaje
y nos despojamos de nuestos miembros para pasar.
La tierra nos exprime.
¡Ah, si fuéramos su trigo para morir y renacer!
¡Ah, si fuera nuestra madre
para apiadarse de nosotros!
¡Ah, si fuéramos imágenes de rocas
que nuestro sueño portara
cual espejos!
Hemos visto los rostros
de los que matará el último de nosotros
en la última defensa del alma.
Hemos llorado el cumpleaños de sus hijos.
Y hemos visto los rostros
de los que arrojarán a nuestros hijos
por las ventanas de este último espacio.
Espejos que pulirá nuestra estrella.
¿Adónde iremos después de las últimas fronteras?
¿Dónde volarán los pájaros
después del último cielo?
¿Dónde dormirán las plantas
después del último aire?
Escribiremos nuestros nombres
con vapor teñido de carmesí,
cortaremos la mano al canto
para que lo complete nuestra carne.
Aquí moriremos.
Aquí, en el último pasaje.
Aquí o ahí... nuestra sangre plantará sus olivos.
MAHMUD DARWISH
0 comentarios:
Publicar un comentario